Este año, el proyecto educativo de nuestro ISFT 185 se enfrentó a un gran desafío, en principio porque nos encontrábamos frente a un nuevo escenario que implicaba un cambio de paradigma organizacional, y además porque puntualmente habíamos planificado para este ciclo lectivo, una nueva propuesta de aprendizaje basada en proyectos, en la que había trabajado todo el equipo docente durante los meses de diciembre, febrero y marzo. Pero como bien dice el proverbio, cuando soplan vientos de cambio algunos levantan muros mientras otros construyen molinos. Y nosotros decididamente optamos por formar parte de este segundo grupo.
En ese sentido hemos transformado todo nuestro accionar pedagógico al formato virtual y para ello, utilizamos distintos dispositivos tecnológicos de comunicación y una plataforma que nos permitió el acceso tanto sincrónico como asincrónico para adaptarnos a las distintas realidades de nuestros alumnos. Hubo un gran esfuerzo para acondicionar esta plataforma y cargar a todos los miembros de la comunidad. Los docentes además se comprometieron fuertemente en la capacitación para la utilización de estas herramientas invirtiendo mucho tiempo en la participación y el dictado de cursos entre pares socializando conocimientos previos o conocimientos que algunos ya tenían.
Partimos del armado de un equipo de trabajo donde se constituyeron docentes referentes por curso y año para garantizar la información y el acceso de cada estudiante, en el caso de primer año no habían tenido prácticamente ningún contacto con el Instituto más allá de la inscripción. Se establecieron coordinadores por carrera para garantizar la secuenciación de los núcleos fundamentales de aprendizaje, por especialidad y se realizaron encuentros donde se acordaron líneas de trabajo específicas.
El primer objetivo fue el de universalizar el proyecto para permitir que cada uno de nuestros alumnos y profesores tengan acceso a este nuevo entorno virtual. Una vez allí, el reto fue el de humanizar la propuesta. Nuestro instituto se caracteriza por el ambiente familiar que promueve, el contexto de colaboración entre todos sus miembros y la atención personal hacia cada uno de nuestros alumnos. En ese sentido los distintos miembros del equipo de gestión escolar comenzaron a participar de encuentros virtuales individuales y grupales que les permitieron conocer en forma más personal, las distintas realidades que atravesaba el alumnado en este inesperado presente, para poder actuar sobre ellas, y de este modo ayudar a superar las dificultades.
Ser empáticos con todos los actores institucionales fue la premisa y el sentirnos todos en “la misma barca”, nuestro punto de partida. En este peregrinar hemos observado muchas actitudes solidarias de docentes y alumnos y un gran compromiso educativo de toda la comunidad. Además, pudimos asistir a aquellos estudiantes y docentes que no contaban con los medios tecnológicos para la conexión y fundamentalmente, mostrarnos cercanos con todos aquellos que estaban viviendo situaciones de mayor vulnerabilidad. Además promovimos distintas prácticas pedagógicas que nos permitieron con creatividad, abordar las competencias de cada asignatura con eficacia. De este modo le fuimos encontrando sentido a nuestra vocación educadora, logrando el compromiso responsable de todo el alumnado. Este año, gracias a todo esto, podemos concluir que el desgranamiento habitual que se observa en la educación Superior fue mucho menor que el de los últimos años.
Finalmente y con una confiada esperanza en el futuro, podríamos concluir que la pandemia fue una gran oportunidad para observar la realidad institucional desde otra perspectiva, más humana, que nos permitió resignificar nuestro accionar, reflexionar sobre nuestra propia práctica, crecer el uso de distintas herramientas tic para el abordaje de los contenidos, mejorar las relaciones empáticas entre todos los miembros de la comunidad educativa, alcanzar los objetivos académicos que nos habíamos propuesto y lo más importante, entender que nada puede atentar contra la enjundia que caracteriza al ISFT 185 y su empeño en contribuir humildemente en la construcción de los cimientos sobre los cuales un grupo de personas construirá su futuro laboral y personal para de esta manera participar del armado de un país mejor.